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Empezamos la lectura con un spoiler:

La mejor manera de fertilizar y estimular a nuestras plantas de interior es usando compost.

Esta es mi opinión, basada en considerar que lo que debemos cuidar para que nuestras plantas crezcan sanas, es la salud de la comunidad de microorganismos que conviven con ellas en nuestras macetas.

Usar compost como fertilizante para las plantas sería comparable a usar probióticos como parte de nuestra alimentación. Ayudamos al cuerpo, agregando microorganismos beneficiosos y nutrientes a la vez.

Seguro que hay montones de detalles que hacen la diferencia entre uno y otro tipo de planta, pero quiero destacar este concepto:

Tu planta no sólo es tu planta, sino que también la hacen los microorganismos que conviven con ella.

Las plantas de interior dependen de vos para obtener los nutrientes que necesitan y no pueden conseguir debido a que están creciendo contenidas dentro de macetas, además de que les falta la interacción con la lluvia, otros animales, etc, que tienen en el hábitat natural. Alguna vez en Instagram escribí algo así como «Para poder tener plantas hay que poder sentir amor»  Pensalo así: Cuando tenes una planta de interior no se trata de construir una relación sólo entre dos seres vivos (ella y vos) sino de la historia de un mini-ecosistema. Es convertir tu espacio, en ese hábitat natural donde tanto las plantas (y lo escribi en plural a propósito porque con una sola seguro que no te vas a quedar) como vos ganan.  Pero que no ¡cunda el pánico! (al estilo Chespirito y revelando mis cuarenta y piquito) que es más fácil de lograr de lo que suena y es que la relación termina saliendo en forma casi intuitiva.
Para que no tengas que leer todo si lo que buscas es info bien práctica chequéa la respuesta a

¿cuándo está bien fertilizar las plantas de interior?

En este texto te llevo en una recorrida por varios temas relacionados con la fertilización y estimulación del crecimiento de tus plantas. Es un poco largo porque me gusta encontrar el sentido a las cosas que hacemos, saber los por qué ¡Venimos cultivando plantas hace tanto tiempo! que tenemos mucha información acumulada y disponibe para utilizar.

Aunque a veces parece que damos una gran vuelta para volver al mismo lugar, no es lo mismo decir ‘ponele un poquito porque si no las raíces se queman’ a ‘ si usamos fertilizantes de origen no orgánico se corre el riesgo de que se concetren sales en el suelo que dañan directamente las raíces y a los microorganismos del suelo’… o sí es lo mismo…lo dejo a tu criterio… Este comentario surge porque después de releer la info para armar esta nota llegué a la conclusión de que volvemos a elegir los métodos de origen en la agricultura.  Antes el compost era lo único que había para fertilizar, y a veces había exceso de minerales en ellos y las plantas sufrían las consecuencias por usarlo sin conocer su composición. Al tener mayor información sobre qué parte del suelo consumían las plantas, se empezó a tener mayor control sobre las fertilizaciones. Para los grandes cultivos los fertilizantes de origen inorgánico resultaron y resultan de gran utilidad. Como la escala a la que nosotros cultivamos es pequeña, es mucho más fácil recurrir a los métodos que se parecen más a lo que ocurre naturalmente.

¿Cómo se alimentan las plantas?

Lo básico primero

Siempre es bueno refrescar cosas que aprendimos de botánica hace mucho tiempo, quizá en la escuela. Porque como todo conocimeinto, si no lo usamos habitualmente queda guardado en algún rincón del cerebro ¡Hay que desempolvarlo para poder usarlo otra vez!

Entonces ¿cómo se nutren las plantas?

A través de la FOTOSINTESIS, las plantas fabrican sus propios alimentos.
De hecho, toda la vida en la tierra depende de la fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas (utilizando la energía del sol) convierten el agua y el aire en azúcares. Estos azúcares son el «alimento» que queman para obtener energía para vivir y crecer. En el proceso, consumen dióxido de carbono y liberan oxígeno. Entonces, cuando decimos que estamos ALIMENTANDO a nuestras plantas, eso no es exactamente lo que estás haciendo; más bien, las estamos FERTILIZANDO, proporcionándoles ciertos nutrientes que necesitan para prosperar.

FUENTE: https://www.groupe-frayssinet.fr/es/grupo/investigacion-desarrollo/fertilizacion-y-estimulacion/

Las plantas absorben la mayoría de sus nutrientes del suelo, específicamente, la solución del suelo, que es el líquido contenido en los espacios entre las partículas del suelo. Si faltan nutrientes o están presentes solo en formas que las plantas no pueden absorber, las plantas no crecerán a su máximo potencial. Las plantas que crecen en el suelo tienen raíces de largo alcance que buscan lo que las plantas necesitan. Las plantas cuyas RAICES están CONFINADAS en contenedores DEPENDEN DE VOS para tener un suministro constante de nutrientes.

¿Qué tienen los fertilizantes?

Ok, no las nutrimos pero las FERTILIZAMOS

Para un crecimiento saludable, las plantas necesitan 16 elementos diferentes. El carbono, el hidrógeno y el oxígeno, los bloques de base para la fotosíntesis, se requieren en grandes cantidades. Las plantas obtienen estos del aire y el agua. Las plantas también necesitan cantidades relativamente grandes de nitrógeno, fósforo y potasio. Estos elementos se denominan nutrientes primarios y forman la base de la mayoría de los fertilizantes.

Los nutrientes secundarios (calcio, magnesio y azufre) se requieren en cantidades más pequeñas. Si bien generalmente están presentes en cantidades suficientes en la tierra del jardín, pueden carecer de mezclas sin tierra, especialmente aquellas que contienen pocos ingredientes.

Los micronutrientes, lo adivinaste, son necesarios en cantidades aún más pequeñas. Incluyen hierro, manganeso, cobre, boro, molibdeno, cloro y zinc, y quizás otros; los investigadores aún están estudiando los matices de la nutrición de las plantas. Al igual que los nutrientes secundarios, los micronutrientes pueden carecer de mezclas sin suelo.

Entendiendo nuestro espacio como parte de un ecosistema

Una relación donde somos mucho más que dos

Todos estos años de horticultura nos hicieron comprender cómo podemos mejorar nuestra relación con las plantas.

Colonizar nuestras macetas con microbios beneficiosos puede sonar como un esfuerzo científico sofisticado y complicado. En realidad, es una forma simple y sensata de mejorar la salud y la belleza de nuestras plantas. Es aprovechar lo que las plantas vienen haciendo durante millones de años: interactuar con los microorganismos de su entorno. En su actividad los microorganismos contribuyen a la transformación de los componentes del sustrato de manera que quedan disponibles para ser utilizados por las plantas, a su vez ocupan el espacio que de otra manera podría ser aprovechado por patógenos que dañan la salud de nuestras plantas.

Por eso, agregar humus de lombriz o algún producto de compostaje a tus macetas, luego de pasado un tiempo que la planta ha estado en ella, es la mejor manera de ayudar al desarrollo de tus plantas ¡Hasta podés hacer tu propio compst y usarlo! Cuando una planta pasa más de dos años en la misma maceta lo más probable es que debas cambiarla a un contenedor más grande para que las raíces puedan seguir creciendo y también lo que vas a generar es un poco de aireación en ese sustrato que viene compactándose por el riego a través del tiempo, por eso es importate el translante.

Si vas a transplantar y las raíces están sanas es bueno dejar tierra de la vieja en contacto con las raíces, porque es en la superficie de las raíces donde ocurren todas estas interacciones beneficiosas entre los microorganismos.

A continuación unos consejo sobre cuándo fertilizar y cómo.

Cómo saber en qué condiciones debemos fertilizar nuestras plantas.

¿Cuándo hay que fertilizar?

 

Raíces apelmazadas, indicador de cambio de maceta.

La cuestión es que cuando compramos una planta de interior, normalmente hace poco que está ocupando ese contenedor y las sustancias nutritivas contenidas en el sustrato de la maceta van a ser suficientes para satisfacer las necesidades de la planta de interior hasta que sus raíces hayan tomado posesión de todo el sustrato disponible y hayan comenzado a formar una apretada red de raíces en la parte exterior del terrón. Es en ese momento que van a requerir nutrientes adicionales, los que se pueden proporcionar ya sea poniendo la planta en un contenedor más grande o fertilizándola con abonos líquidos o sólidos.

Una vez que la planta ha llegado a su maceta definitiva, la fertilización pasa a reemplazar al reenmacetado.

El reenmacetado o el abonado se puede hacer en cualquier época del año, si nos damos cuenta que la planta lo está necesitando (raíces que salen por debajo o expuestas en las superficie, crecimiento débil) pero si tenés que elegir un momento, el mejor es la primavera, cuando la intensidad de la luz comienza a aumentar y en consecuencia las plantas empiezan a crecer más rápidamente.

Te contamos dos maneras de fertilizar nuestras plantas

Química vs orgánica

Los videos de IGTV hacen una comparación entre la fertilización líquida tradicional y la hecha en base a compost. Ahora podés comprender que en el primer caso estás agregando sólo nutrientes y contás con la actividad de las plantas y los microorganismos que ya estén en esa maceta y en el segundo caso estás incorporando nutrintes y microorganismos que pueden ayudar a esas plantas a crecer mejor. La diferencia entre echar unas cucharadas de compost a la maceta o hacer el preparado líquido es que al hacer el preparado líquido vas a estar incorporando una mayor cantidad de microorganismos activos. También te comparto un link a un artículo sobre los peligros de la sobre-fertilización y otro sobre cómo las plantas de interior pueden actuar como una fuente importante de microbios beneficiosos al aumentar la diversidad microbiana y los microorganismos beneficiosos y pueden influir en el microbioma de una habitación ¡Chimpum!