Los peligros de las plantas y árboles sobrefertilizados

Por Kit Smith
UCCE El Dorado County Master Gardener

Comprender la diferencia entre fertilizantes y enmiendas es importante en el cuidado de plantas. Los fertilizantes proporcionan nutrientes esenciales a las plantas en forma de compuestos de sal solubles, y afectan directamente el crecimiento de las plantas. Las enmiendas del suelo afectan indirectamente a las plantas al mejorar las propiedades  físicas y químicas del suelo.

Al aplicar fertilizante, siempre lea y siga todas las instrucciones de la etiqueta con cuidado, demasiado fertilización puede dañar permanentemente los árboles y las plantas. El exceso de fertilizante altera el suelo al crear una concentración de sal demasiado alta, y esto puede dañar los microorganismos benéficos del suelo.

La sobrefertilización puede conducir al crecimiento repentino de la planta con un sistema de raíces insuficiente para suministrar agua y nutrientes para ella. La estructura radicular deficiente reduce la cantidad de flores y producción de frutos.
Puede dar como resultado un crecimiento acelerado de la planta que no será compatible o sostenido.  Cuando se fertiliza hay que tener en cuenta que las sales solubles son minerales fácilmente transportados y disueltos en agua, y los fertilizantes deben disolverse en agua para su absorción por las raíces de plantas y árboles.

Demasiado fertilizante no puede disolverse naturalmente por la lluvia o el agua de riego; en lugar la evaporación ocurre con más frecuencia que la lixiviación. Como tal, el exceso de sales solubles, los minerales, permanecen en el suelo, y el suelo se altera. Demasiadas sales solubles aumentan la salinidad del suelo y alteran el pH.

Un pH más bajo hace que los nutrientes estén menos disponibles para las plantas. El pH bajo del suelo es ácido y el pH alto es alcalino. La mayoría de los nutrientes de las plantas están más disponibles si el pH del suelo es neutral, entre 5.5 y 7.5, y nutricionalmente equilibrado. Las plantas ornamentales de frutas y verduras son susceptibles a la salinidad.

Otras lesiones en plantas y árboles son causadas por la sobre-fertilización: una es la clorosis por hierro. Las raíces de las plantas ejercen fuerza para extraer agua del suelo, y la fertilización excesiva hace que las raíces se marchiten, lo que les dificulta la absorción de agua. Las raíces se pudren y se vuelven más sucetibles a enfermedades. Demasiadas sales solubles hacen que las hojas se marchiten. Se ponen amarillas en sus márgenes y puntas de las hojas, para volverse marrones. Se produce la defoliación y crecimiento lento o nulo.

Demasiada fertilización también causa estrés en la planta. las debilita, haciéndolas susceptibles a enfermedades y ataques de insectos, particularmente insectos que safitan.

Antes de buscar fertilizante, pruebe su suelo para ver si faltan nutrientes. Es mejor evitar el fertilizante y mejorar su suelo con enmiendas como las hechas en casa o compradas, abono orgánico, vermicompost, abonos curados, cultivos de cobertura, hojas descompuestas, alfalfa o hueso. Si se usa fertilizante, se prefieren los fertilizantes orgánicos naturales porque liberan nutrientes más lentamente para el crecimiento de las plantas. Los fertilizantes no orgánicos o comerciales se concentran, aumentando el riesgo de daño a las plantas y alterando los organismos naturales en el suelo.